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Cultivadores rastrojeros


El uso inteligente del rastrojo puede aportar grandes ventajas agronómicas al transformar lo que antes se consideraba desecho en una fuente nutritiva para el suelo. La incorporación de rastrojo, paja y otros residuos vegetales acelera la descomposición para obtener nutrientes de manera más rápida. Además, permite a los agricultores aprovechar la humedad del suelo inmediatamente después de la cosecha, creando un clima óptimo para que los microbios prosperen y realicen una labor eficiente.

Establecimiento de cama de siembra intermedia


El laboreo superficial postcosecha facilita la germinación de semillas inactivas y perdidas. Además, establece la cama de siembra para cultivos intermedios como mostaza y rábano. Esta práctica también elimina la principal fuente de alimentación de las babosas, actuando como medida de control de plagas.

Laboreo vertical


El cultivo con rastrojos incorpora materia orgánica al suelo, permitiendo que las raíces accedan a humedad y nutrientes. La profundidad del cultivo se ajusta al volumen de residuos presentes en el terreno.

Control de malezas


Dado que las malezas se arrancan del suelo, se secan y mueren en la superficie. También es posible regular la profundidad de trabajo en función del tipo y cantidad de maleza que sea necesaria eliminar.